El Comisionado de derechos juveniles del país acaba de volver de los Estados Unidos y ha contado a los periodistas sobre los casos de violencia contra los niños ucranianos.

El caso de Andrew Butler, adoptado en Ucrania por una familia americana, provocó una resonancia social en el país. El chico de 13 años fue asesinado por su padre adoptivo en 2011, ya que el hombre pensó que su hijo tenía la intención de matarle. El Comisionado de derechos juveniles de Ucrania, Yuriy Pavlenko ha realizado la vigilancia de observación de los derechos de los niños adoptados por los ciudadanos americanos.

Los expertos admiten, que la persistencia de las debilidades sistémicas ha dado lugar al secuestro y la trata de menores, a la coerción y la manipulación de los padres biológicos, a la falsificación de documentos y al soborno. Pero precisamente la tragedia en los Estados Unidos ha obligado a Ucrania a revisar su política en este ámbito.

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