Por ahora contabilizan diez años de andadura en la que han ejercido como terapeutas, asesores, informadores… La Asociación de Familias Adoptivas de Navarra (AFADENA) celebra este año su décimo aniversario con tres líneas de actuación muy claras: la labor social sobre la adopción, la relación con las administraciones y el desarrollo de talleres de apoyo. Siempre, con la premisa de buscar el bien superior del menor.

Con un bagaje de 107 familias asociadas, han podido comprobar que todavía existen mitos o errores sobre la adopción que intentan desmitificar. Así los resume Adolfo García Garaikoetxea, el secretario de la asociación:

-No son los padres los que tienen derecho a adoptar, sino el menor abandonado el que tiene derecho a una familia.

-Se paga por tramitar, no por adoptar. La adopción en sí es gratuita.

-La adopción no es un problema de infertilidad, ya que por ejemplo el 20% de las familias integrantes de AFADENA ya tienen hijos biológicos.

-Las personas adoptadas son personas abandonadas, pero este abandono no se termina de interiorizar en la sociedad. En las familias se convive con el fantasma de la familia biológica.

-La escolarización por edad biológica a veces no es la actuación más idónea. “En ocasiones es un gran error, porque muchos tienen un trauma por haber sido abandonados y el primer día de clase en la escuela suele ocurrir que hay que hablar de su nacimiento y orígenes o realizar su árbol genealógico”, expresa García.

Desde AFADENA reconocen su sintonía con el Parlamento navarro, porque señalan que la protección al menor es uno de los pocos ámbitos que no está contaminado por las luchas y rencillas políticas. Uno de los últimos logros legislativos en este campo ha sido derogar la ley que daba preferencia en la adopción a las familias sin hijos, aunque todavía queda por perfilar su puesta en práctica.

Mientras, en la asociación siguen trabajando por normalizar un tema tan importante. “El proceso no está exento de dificultades pero al final la adopción es lo mejor que hemos hecho en nuestra vida. Nos convertimos en padres terapéuticos porque somos responsables de reparar esos traumas, tenemos ese plus. La adopción refuerza la cohesión de la familia y realiza un bien incuantificable”, concluye el secretario de AFADENA.