Antes de que su hijo adoptivo fuera diagnosticado, Montse no sabía nada sobre el síndrome de alcoholismo fetal (SAF). “Mi niño no se dejaba tocar ni abrazar”, dice. “Yo pensaba que me rechazaba. Le detectaron hiperactividad. Luego tuvo un retraso de un año en el crecimiento y mi hermano, que es pediatra, hizo que una psiquiatra le diera un vistazo. Fue la primera vez que me hablaron del SAF”.
El SAF, la forma más grave de trastorno que padecen las criaturas cuyas madres consumieron alcohol durante el embarazo, podría afectar en España a dos de cada mil recién nacidos. Los estudios evidencian cómo la incidencia de la enfermedad en niños de entre 5 y 14 años está creciendo en España con el aumento de las adopciones internacionales.
El síndrome no está reconocido como enfermedad crónica por el sistema sanitario español y las familias no reciben ningún apoyo económico ni médico por parte del Estado. Por eso, desde hace un año, Montse y los padres de unos 80 niños con síndrome de alcoholismo fetal se han organizado en una asociación, AFASAF (Asociación de Familias Afectadas por SAF), que promueve su reconocimiento. Teresa Núñez, su presidenta y madre de un niño afectado, explica que el 11 de septiembre se reunirán con representantes del Ministerio de Sanidad en Madrid. Según AFASAF, es urgente promover la toma de conciencia acerca del síndrome para prevenir la discriminación y la exclusión que los niños sufren en su entorno escolar y social. El aislamiento y las dificultades de integración son algunas de las consecuencias más dolorosas para los niños y sus familias. Los trastornos debidos al SAF pueden perjudicar la visión y el sistema cardiovascular. El síndrome también genera trastornos físicos, mentales y del comportamiento, así como agresividad. El espectro de complicaciones que afectan a un feto expuesto al alcohol en el útero incluye anomalías estructurales en la morfología craneofacial y retrasos en el crecimiento físico. La mayor parte de los casos diagnosticados están vinculados a la adopción de criaturas en países de Europa del Este.
No hay cura para esta enfermedad, pero se puede prevenir al cien por cien cuando las madres evitan tomar alcohol antes de dar a luz. Más del 40% de las mujeres españolas toman alcohol en su primer mes de embarazo. H
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