Aunque el artículo periodístico se ciñe a Cataluña la extrapolación al estado español es idéntica.
El bloqueo de las adopciones en Rusia por el endurecimiento el pasado julio de las leyes hacia los homosexuales mantiene a 128 familias españolas, muchas de ellas catalanas, pendientes de la firma del juez para poder traer a casa a los niños asignados. Pero Rusia no es el único país que en estos momentos tiene paralizadas las acogidas porque los cuatro estados más demandados por los catalanes para adoptar -Rusia, Etiopia, China y Mali- permanecen en stand by. Cambios en la normativa pero también tiempos de espera de hasta casi siete años mantiene en vilo a centenares de familias catalanas.
España es el segundo país que más niños adopta en Rusia, por detrás de EEUU. A falta de un convenio bilateral, el Gobierno español trabaja a contra reloj con las comunidades autónomas (que tienen competencia en asuntos sociales) para ultimar el certificado que solicitan las autoridades rusas y que permitiría desencallar la paralización de adopciones en el país, una medida que ha dejado a 128 familias españolas pendientes de una firma para poder concluir el proceso de adopción. “Los rusos han modificado su normativa interna y eso ha llevado a una suspensión de expedientes españoles y de otros países en los que está reconocido el matrimonio homosexual”, explican fuentes de la Oficina de Información Diplomática a LaVanguardia.com que también detallan que se está trabajando en la negociación de un nuevo convenio para desencallar la situación, aunque también recuerdan que “las adopciones en Rusia están sujetas a la legislación de ese país”. Este medio también ha intentado conocer la postura del Ministerio de Sanidad, Asuntos Sociales e Igualdad sobre esta cuestión sin obtener respuesta.
En Catalunya casi 2.000 familias (1.947) se encuentran en este momento en proceso de adopción internacional y 223 han escogido Rusia. Las de niños rusos son las adopciones mayoritarias por lo que la catalana es una de las comunidades más afectadas por el bloqueo en Rusia: hay 96 expedientes en el país y la mitad (48) ya tienen a un niño asignado y están pendientes de juicio. La directora del Institut Català d’Acolliment i Adopció (ICAA), dependiente del Departament de Benestar i Familia de la Generalitat de Catalunya, Núria Canal, lamenta que “la falta de voluntad” del estado español por firmar un convenio bilateral que Rusia lleva cuatro años pidiendo ha desembocado en esta situación. A pesar de ello, Canal puntualiza que Rusia no ha cerrado las adopciones con España sino que se trata de un “bloqueo temporal” pero remarca que cada país es soberano en cuanto a las condiciones de adopciones.
A pesar del revuelo creado, algunos rechazan que la situación sea tan grave. “Lo único que está paralizado son los juicios”, explica a este diario Toni Mercadal, responsable de la ECAI (*) Infancia i futur, uno de los organismos acreditados para la tramitación de adopciones en el país caucásico. Para Mercadal se trata de un problema “bastante puntual” que se ha “magnificado” porque ha afectado a familias que ya conocen al niño y asegura que no es la primera vez que sucede. Así, el responsable de Infancia i vida también se muestra esperanzado en que la situación se desencalle pronto.
El exceso de solicitudes paraliza Etiopía
Etiopía es el segundo país al que más catalanes van a adoptar –y el tercer estado a nivel mundial- pero hace un año España decidió unilateralmente suspender las adopciones con el país africano “por un exceso de solicitudes y para evitar que el proceso se alargue”, explica Santi Llensa, director de la ECAI IPI, uno de los organismos que en Catalunya tramita los expedientes con Etiopía, Vietnam o Mali. Ser uno de los países que más solicitudes recibe y la dificultad de agilizar el proceso por culpa de una infraestructura deficiente llevaron al gobierno español a tomar una decisión que Llensa considera en cierta manera lógica, pero cree que un año después la situación ya permite reanudar las adopciones. Espera que en pocas semanas el gobierno español vuelva a abrir los trámites porque considera que el país tiene “una necesidad evidente de dar salida a muchos niños”.
Para el director de IPI, de abrirse de nuevo la adopción con el país africano, el proceso sería ahora mucho más rápido y las familias podrían iniciar y concluir el proceso en menos de dos años cuando antes de media se alargaba a tres. Según Llensa, Etiopía es uno de los países atractivos para la adopción por ser uno de los que más “transparencia” muestra en todo el proceso y porque los niños llegan “psicológicamente muy bien porque están poco tiempo en las instituciones”. Actualmente tienen sobre la mesa unos 75 expedientes que espera que pronto se desencallen.
Casi siete años de espera en China
Oficialmente China no tiene paralizadas las adopciones internacionales, pero los tiempos de espera están actualmente en seis años y medio, un intervalo de tiempo que “va creciendo progresivamente”, relata Lourdes Garcia, responsable de la ECAI Institut Genus. Es por ello que el organismo que dirige Garcia decidió hace unos tres años no enviar nuevos expedientes al país asiático hasta que no mejore la situación y para no dilatar durante más de un lustro la agónica espera de las familias. Según la portavoz de Genus, en el año 2000 el tiempo de espera para una adopción era muy “razonable” y no llegaba al año, pero el intervalo ha ido aumentando hasta convertirlo en inasumible para muchas familias. Así, unos tiempos de espera tan largos dan lugar a menudo, cuenta Garcia, a cambios en las situaciones vitales de los adoptantes como separaciones o problemas económicos que finalmente deciden no continuar con el proceso. Para Garcia, el mensaje que emite China con unas adopciones tan largas es que no hay muchas criaturas sanas para adoptar.
A pesar de la decisión de Genus, otras ECAI siguen gestionando las adopciones y también se puede iniciar el proceso siguiendo el protocolo público.
Sin adopciones en Mali
La situación de conflicto bélico que vivió la república de Mali provocó hace un año que de manera unilateral el gobierno español cerrara las adopciones con este estado africano. A ello se sumó que hace un año y medio el país adoptó un “controvertido” código de familia que daba a entender que se desaconsejaba la adopción internacional y que solo se permitía entre malineses, explica Santi Llensa, de IPI. Así, las adopciones internacionales en Mali llevan un año paralizadas, aunque todo apunta que el nuevo gobierno del país africano podría derogar en breve el artículo y permitir así de nuevo la acogida desde fuera, relata Llensa. Jordi Ninot y su esposa Eulàlia llevan junto con otras familias españolas, francesas e italianas un año de lucha constante para desencallar la situación haciendo gestiones a nivel político y también diplomático. Jordi y Eulàlia iniciaron el proceso hace tres años y estaban pendientes de la asignación cuando se paralizaron las adopciones. “Lo veíamos tan cercano que las pasadas Navidades mi sobrina me dijo que iba a pedir que los Reyes trajeran los regalos del niño de Mali a Barcelona”, detalla Jordi que también asegura que, creyendo que el desenlace era inminente, fue un choque que «nos dieran con la puerta en los morros”. A pesar de la lucha intensa, Ninot tiene esperanza en que el proceso acabará de forma feliz.
Pendientes del gobierno búlgaro
Las kafalas (acogida marroquí) se empiezan a desencallar estos días después de más de un año de confinamiento. Pero en Bulgaria la situación política mantiene ralentizado el proceso de adopción desde hace meses. S. P. y su marido J. llevan tres años de proceso para poder adoptar allí, aunque pronosticaron que en un año y medio podrían tener asignación. La lentitud del proceso, que dicen que llevaba meses estancado por el cambio de gobierno aunque este verano parece haberse puesto tímidamente en marcha con algunas asignaciones en agosto, les ha obligado a renovar papeles y a tener que volver a pasar por la evaluación psicológica, un trámite por el que en su día pagaron 1.100 euros y por el que ahora han tenido que abonar 500 más.
S. y su marido que buscan un niño “sano de 0 a 3 años” ya están en la lista pero ahora deben esperar hasta que “se asigne un nuevo comité”. A pesar de que las reuniones con su ECAI son constantes, esta administrativa de 42 años dice estar “cabreada” por la demora y porque considera que una comisión que asigna niños “no debería tener color político”. Además lamenta que si las adopciones se retrasan mucho los niños se harán grandes y será más complicado que encuentren familia.
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