Las adopciones caen a mínimos históricos

Las familias asturianas que han iniciado un proceso de adopción están viendo cómo las cosas se les ponen cada vez más cuesta arriba elijan la opción que elijan. Y, de hecho, según los datos facilitados por la Consejería de Bienestar Social del Principado, el número de adopciones formalizadas durante el primer semestre del año en Asturias ha caído a mínimos históricos.

Esas mismas cifran revelan que, hasta el pasado 12 de junio, en la región se registraron 15 peticiones para adoptar a un niño por la vía nacional (la que, según ha denunciado ya la Asociación Asturiana de Adoptantes, «está casi parada»), mientras que sólo doce menores fueron efectivamente adoptados por esa misma vía.

En cuanto a las adopciones internacionales, las cosas están todavía peor, ya que el número de solicitudes presentadas por los asturianos descendió a únicamente siete y las adopciones finalmente constituidas fueron sólo seis, con otros tantos menores llegados a España desde otros países.

Mientras que la mayor asociación de adoptantes asturiana, con alrededor de 130 asociados, habla de demoras difíciles de soportar en la consejería dirigida por Esther Díaz y piden explicaciones, fuentes de Bienestar Social explican que uno de los grandes problemas radica en que «muchas de las familias interesadas en adoptar sólo quieren bebés». Eso, en el caso de la vía nacional. Pero es que, en cuanto a la internacional, apuntan que «todo depende de las trabas que establecen los distintos países» de origen de los menores.

La realidad es que el desplome comenzó a gestarse ya hace unos años. Concretamente, en 2011, cuando las peticiones aumentaron respecto a 2010, pero las adopciones finalmente constituidas disminuyeron: de 40 a 38 las nacionales y de 75 a 40 las internacionales, una caída en picado en toda regla que, sin embargo, todavía estaba muy lejos de los números actuales ofrecidos por el Gobierno del Principado.

En los últimos años, Rusia se había consolidado como el principal país de origen de los pequeños que llegan a Asturias para empezar una nueva vida junto a sus familias de adopción, porque, en ejercicios anteriores, casi la mitad de los niños con edades comprendidas entre los 0 y los 7 años que vinieron a la región procedían de ese país, seguidos por los pequeños de Vietnam, Etiopía y China.

Cierre y apertura de Rusia

Además de la crisis, el endurecimiento de los requisitos para poder adoptar ha pasado factura a países como el gigante asiático, que incluso llegó a cerrar las puertas a personas homosexuales o con problemas de obesidad, mientras que en otros como Vietnam las irregularidades detectadas, con pagos ilegales de por medio para acelerar la tramitación de los expedientes, hicieron naufragar muchos procesos.

En el caso de Rusia, las fronteras acaban de volver a abrirse después de que, en julio de 2013, el país exigiese la existencia de un convenio bilateral para poder continuar tramitando adopciones, al hacer una modificación legislativa de su Código de Familia.

De los alrededor de 500 expedientes iniciados allí por familias españolas, la suspensión de los procesos judiciales afectó a unas 150 a las que ya se les había asignado un menor (dos de ellas, asturianas), pero, a principios del pasado mes de junio, las autoridades rusas daban finalmente luz verde a la firma de ese convenio de colaboración sobre adopciones con España.

Fuente : El Comercio

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